Cosecha letal by Paul Cleave

autor:Paul Cleave [Cleave, Paul]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga
editor: ePubLibre
publicado: 2020-01-01T00:00:00+00:00

Capítulo 34

—Eh, friki —dice Scott, y Joshua no puede recuperar el aliento, no puede entender lo que está pasando, no puede ponerse de pie. Le duelen la cabeza, las piernas y el resto del cuerpo. Siente el sabor a sangre. Scott le ha dado un puñetazo en el estómago—. No deberías haberme delatado.

Joshua se ha herido las manos y las rodillas. Tiene tierra y piedras incrustados en los cortes. La mochila se le ha girado alrededor del cuerpo y lo aprisiona como una camisa de fuerza. No sabe de qué está hablando Scott. No sabe hasta dónde está dispuesto a llegar Scott. ¿No tiene miedo de que lo expulsen? ¿O de que lo denuncien por agresión? No, a Joshua le parece que no.

Scott le da un golpe tan fuerte en el brazo que se le entumece.

—Si me vuelves a delatar ante alguien, así serán todos tus días el resto de tu vida —lo amenaza.

—No… no se lo he contado a nadie —se defiende Joshua, y por supuesto no le va a hablar a nadie sobre esto. Así es como los matones se salen con la suya.

—¿Vas a mantener la boca cerrada a partir de ahora? ¿O tengo que romperte la mandíbula?

—Lo entiendo.

—¿Qué entiendes?

Entiende que, se lo cuente o no a alguien, Scott siempre lo va a acosar. Eso es lo que pasa con los matones como Scott: hacen lo que quieren porque pueden, porque no les importa, porque su chip de empatía ha sido cambiado por un chip de gilipollas.

Si no hace algo ahora mismo, nada va a cambiar.

Le lanza una patada.

Impacta de lleno en la rodilla de Scott.

—¡Ay! —grita Scott, y se lleva las manos a la rodilla mientras cae al suelo—. ¡Te mataré!

Joshua ya está de pie y corriendo, pero se aleja de la intersección a la que intentaba llegar antes, ya que en la caída ha quedado mirando en la dirección contraria. No puede cambiar de dirección ahora, porque significaría correr de nuevo hacia Scott. Puede oír que se acerca. La última vez que Scott se tiró sobre sus piernas para derribarlo, el golpe contra el suelo fue muy duro. Lo mismo va a pasar esta vez.

A menos que evite que ocurra en primer lugar.

Se detiene. Se quita la mochila y se gira en dirección a Scott. Separa las piernas, afianza la postura afirma y aprieta los puños. Se imagina a sí mismo como un muro de ladrillos infranqueable. Se imagina sus manos como mazos.

Scott disminuirá la velocidad. Lo pensará mejor.

Sin duda.

¿Verdad que sí?

Scott se sigue acercando a toda velocidad.

Cuando lo tiene a tiro, Joshua descarga su puño con fuerza.

Y falla por completo.

El impulso le hace perder el equilibrio. Scott lo golpea en la nuca. Esas dos cosas se combinan para lanzarlo de nuevo por los aires. Sin la mochila para que amortigüe el impacto, su cabeza se estrella contra el suelo.

Todo se vuelve negro.

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